En la mañana del martes, la divisa estadounidense sigue mostrando un impulso alcista generalizado, ganando apoyo gracias a otra ronda de noticias sobre los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump. Analicemos las últimas declaraciones de la Casa Blanca y lo que significan para el dólar
La guerra comercial se recrudece
Anoche, el presidente de EEUU, Donald Trump, ordenó imponer aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio a partir del 4 de marzo para proteger la industria estadounidense y luchar contra los países que eluden los aranceles existentes.
– La imposición de aranceles del 25% a todo el aluminio y el acero, incluidos los productos metálicos acabados, supondrá la apertura de muchas empresas en Estados Unidos y la creación de más puestos de trabajo, dijo Trump el lunes al firmar una orden ejecutiva en ese sentido en el Despacho Oval.
Funcionarios de la Casa Blanca también dijeron que las medidas están diseñadas para frustrar los intentos de países como Rusia y China de eludir los aranceles existentes.
Se espera que los aranceles afecten a casi todos los socios comerciales de Estados Unidos, incluidos México y Canadá, que son los principales proveedores de metales del país.
La única excepción podría ser Australia. Ayer, Trump señaló que podría considerar una flexibilización para ese país, dadas sus grandes compras de aviones estadounidenses.
En cuanto a otros socios comerciales, tienen mucho de qué preocuparse. El lunes, el presidente estadounidense amenazó con que los aranceles sobre los metales podrían revisarse al alza si Washington lo considera necesario para proteger los intereses nacionales.
Los aranceles al acero y al aluminio aprobados por Trump el lunes son la medida más arrolladora de su Administración para atajar el déficit comercial estadounidense y utilizar el comercio internacional como fuente de ingresos.
La medida supone la continuación de la guerra comercial emprendida por Trump. Recordemos que la semana pasada la Casa Blanca impuso aranceles del 10% a productos procedentes de China y prometió imponer aranceles del 25% a México y Canadá.
Cierto es que para sus vecinos más cercanos, el mandatario estadounidense aceptó conceder un aplazamiento temporal a cambio de medidas más duras para proteger la frontera y luchar contra el contrabando.
Sin embargo, este paso no significa renunciar a la presión arancelaria: Trump ya ha dejado claro que los aranceles pueden imponerse en cualquier momento si no se cumplen plenamente sus condiciones.
Además, el presidente estadounidense reiteró ayer su intención de imponer aranceles de represalia a otros países que impongan aranceles a las importaciones estadounidenses, afirmando que estas medidas podrían anunciarse en los próximos dos días.
También dijo que La Casa Blanca estudiaría la posibilidad de imponer aranceles a los automóviles, los semiconductores y otras industrias clave que, en su opinión, están creando un desequilibrio comercial y amenazando la producción industrial estadounidense..
Los mercados entran en pánico, el dólar sube
La creciente presión arancelaria de Washington ha avivado el temor de los mercados a que estalle una guerra comercial de grandes proporciones.
Los inversores temen que las nuevas restricciones a la importación perturben las cadenas de suministro mundiales y desencadenen una desaceleración económica que podría convertirse en una recesión en toda regla.
En este contexto, los mercados permanecen en alerta máxima. Los índices bursátiles bajan en medio de una venta masiva de activos de riesgo, y los inversores desplazan cada vez más capital hacia instrumentos más fiables.
Como consecuencia, el dólar, tradicionalmente considerado un activo refugio, registra un fuerte crecimiento por tercera sesión consecutiva, reforzando sus posiciones frente a la mayoría de las divisas competidoras.
Al final de la jornada de ayer, el dólarse fortaleció más de un 0,2% sobre la base del índice, situándose en 108,31. El par con el yen registró el mayor crecimiento, con una subida de casi el 0,4%, hasta 151,97.
El yen se vio presionado por el temor de los inversores a que Japón también se vea afectado por la imposición de aranceles al acero y el aluminio, ya que es uno de los mayores exportadores de estos metales a Estados Unidos.
El euro cayó un 0,2%, hasta 1,0306 frente al dólar. A los inversores les preocupa que la imposición de aranceles a los metales pueda golpear duramente a la economía europea, ya que EE.UU. es el segundo mayor mercado para el acero de la UE.
La libra cayó un 0,36%, hasta 1,2364, ya que los mercados también evaluaron el posible impacto de los aranceles. Washington Estados Unidos es el segundo mercado siderúrgico de Gran Bretaña, después de la Unión Europea, y los nuevos aranceles podrían repercutir negativamente en las exportaciones británicas.
Un factor adicional que contribuye al crecimiento del dólar siguen siendo las expectativas de una política monetaria más restrictiva de la Reserva Federal.
Los inversores especulan con que los nuevos aranceles de Trump podrían acelerar la inflación en EE. UU., lo que obligaría a la Fed a mantener las tasas de interés altas durante más tiempo para evitar el sobrecalentamiento de la economía.
Muchos analistas prevén que la Fed recorte las tasas en solo 25 puntos básicos este año, mientras que otros grandes bancos centrales, incluidos el BCE y el Banco de Inglaterra, podrían reducir los costes de endeudamiento de forma mucho más agresiva.
Así pues, la divergencia en la política monetaria es el principal motor de la fortaleza del dólar frente a la mayoría de sus homólogos. En este contexto, los expertos esperan que la divisa estadounidense siga subiendo, especialmente si aumentan los riesgos de inflación y la Fed confirma su inclinación por un periodo más largo de tasas altas.
Perspectivas futuras del USD
Esta semana, la atención de los mercados no solo se centrará en la política arancelaria de Trump, sino también en dos acontecimientos clave: la publicación de los datos de inflación de EE. UU. y el discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, ante el Congreso. Estos factores pueden desempeñar un papel decisivo en la dinámica posterior de la divisa estadounidense.
Se espera que el índice de precios al consumo (IPC) de enero, que se publicará el miércoles, muestre un aumento de la inflación general y subyacente del 0,3% intermensual. Sobre una base anualizada, las cifras podrían alcanzar el 2,9% y el 3,1% respectivamente, lo que indicaría que continúan las presiones sobre los precios.
Estos datos serán importantes para la Fed, ya que el regulador sigue de cerca la dinámica de la inflación antes de tomar nuevas decisiones sobre las tasas.
Mientras tanto, Jerome Powell se dirigirá al Congreso el martes y el miércoles. Muchos analistas creen que su retórica seguirá siendo cauta y volverá a insistir en que la Fed no tiene prisa por recortar las tasas.
– Creo que Powell va a decir al Congreso lo mismo que básicamente ha estado diciendo a todo el mundo: la economía sigue en buena forma, el crecimiento está por encima de la tendencia, lo que significa que la Fed tiene tiempo», – dijo el analista Mark Chandler.
En su opinión, el regulador seguirá actuando con paciencia, a la espera de que la política monetaria restrictiva contribuya a reducir la inflación.
En la misma línea se expresaron los analistas de ANZ, señalando que los miembros de la Fed son unánimes en su opinión: en las actuales condiciones económicas, el regulador puede permitirse el lujo de ser paciente.
– El crecimiento económico sigue siendo robusto, la inflación está por encima del objetivo, y las tasas de interés se acercan a un nivel neutral. En estas condiciones, está claro que la Fed no tiene motivos para apresurarse a flexibilizar», – afirman en su análisis..
Por lo tanto, si esta semana los inversores obtienen otra prueba de que la inflación en EE.UU. sigue siendo estable, y el director de la Fed mantiene un tono cauteloso, el mercado podrá ver por fin que los funcionarios estadounidenses no están dispuestos a reducir agresivamente las tasas en los próximos meses. En este caso, el dólar recibirá un nuevo impulso alcista.
En cuanto a las perspectivas más lejanas del dólar, los analistas de UOB confían en que los riesgos arancelarios, unidos a la dura política de la Fed, seguirán apoyando la demanda de la divisa estadounidense, contribuyendo a su mayor fortalecimiento.
Los expertos predicen que el índice del USD subirá hasta 112,6 en el segundo trimestre de 2025. Al mismo tiempo, el euro caerá a 0,98, la libra esterlina - a 1,20, y el dólar australiano - a 0,59.